Ingeniero Superior de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Cataluña, Máster en Gestión de la Innovación por La Salle International Graduate School y con formación en transformación digital por el ICEMD-ESIC y emprendimiento por la Stanford University y la University of California – Berkeley, Fabián Varas es Director Técnico de CTA. Previamente, fue responsable técnico del sector TIC en CTA, donde ha sido evaluador y asesor de proyectos de I+D+i y, con anterioridad, inició su carrera laboral en BT en el Reino Unido, convirtiéndose en experto en tecnologías inalámbricas y gestión de espectro radioeléctrico. Cuenta con 20 años de experiencia en la ejecución y gestión de proyectos empresariales de I+D+i.
“Lo único que podemos saber con certeza del futuro es que va a ser distinto”, afirmaba el experto en management Peter Drucker, quien añadía que “la mejor forma que tenemos de adelantarnos a él es creándolo”. El sector aeroespacial andaluz se enfrenta a una etapa cargada de incertidumbre, especialmente tras la tormenta ocasionada por la COVID-19, con el parón industrial y del transporte aéreo que ha ocasionado. La innovación es una de las herramientas más potentes para hacer frente a contextos de cambio e incertidumbres como el actual, ya que es una de las mejores vías para encontrar nuevos caminos y nuevas oportunidades, o bien “crearlos”, como decía Drucker.
Y no es que lo digamos solo desde CTA, según el informe ImpaCTA, el 90% de las empresas que desarrollan proyectos de I+D+i financiados por CTA afirman que les ha ayudado a mejorar su competitividad. Y es que, sin duda, una apuesta persistente por la I+D+i es un factor de competitividad para cualquier empresa y especialmente para las pymes, que suponen más del 90% del tejido productivo español. Una estrategia de innovación ordenada y estable ayuda a conseguir elementos de diferenciación respecto a la competencia, así como a adaptar el negocio a un mercado en continuo cambio, tanto por las nuevas tendencias tecnológicas que van surgiendo como por las nuevas demandas de los clientes.
Así lo demuestra el caso de Titania, empresa miembro de CTA y líder en ensayos de materiales y procesos aeroespaciales. La I+D+i es una seña de identidad de la compañía, que nació de un grupo de investigación universitario de la Universidad de Cádiz (UCA) y cuenta con equipos de última tecnología para proyectos de investigación en tratamientos de superficies y materiales compuestos. Con toda seguridad, ése es uno de los ingredientes que explican sus servicios a más de 500 clientes y sus contratos en los principales polos aeronáuticos europeos.
«Titania ha conseguido, gracias a la innovación, adaptar los servicios a sus clientes»
Uno de los proyectos de I+D+i desarrollados por Titania con financiación de CTA, denominado Nanodizing, aplica nanotecnología para el desarrollo de anodizados aeronáuticos libres de cromo. La técnica de anodizado más habitual en el sector para dotar a los materiales compuestos de resistencia a la corrosión empleaba una disolución de Cromo hexavalente como electrolito. No obstante, la peligrosidad y toxicidad de esta sustancia química (considerada como cancerígena) llevó a su inclusión en el reglamento europeo REACH y a la restricción de su uso. Por ello, la industria aeroespacial reaccionó desarrollando nuevos métodos de anodizado más respetuosos medioambientalmente y con la salud. El proyecto de Titania ha desarrollado un anodizado libre de cromo que presenta un mejor comportamiento frente a la corrosión que otros nuevos métodos alternativos. Así, Titania ha conseguido, gracias a la innovación, adaptar el servicio que prestaba a sus clientes.
La industria aeronáutica andaluza, compuesta por más de 130 empresas que facturan un volumen de 2.530 millones de euros y dan empleo a cerca de 16.000 profesionales en la región, contribuye con un 1,57% al PIB andaluz y tiene un peso importante en las exportaciones. El gran impacto directo de la crisis del coronavirus y la alta dependencia de la industria tractora Airbus enturbian el futuro de este valioso tejido industrial. Al margen de posibles planes de ayudas específicas al sector, como el que ya se ha lanzado en Francia o como está reclamando el Gobierno andaluz, una de las mejores formas de afrontar esta etapa de incertidumbre e inestabilidad es una estrategia sólida de I+D+i por parte de cada empresa. Será la clave para seguir siendo competitivas y encontrar nuevas vías para crecer en el futuro.